lunes, octubre 15, 2012
















Palabras de silencio

Para mi mismo...

Mentiría si dijera que no te echado de menos cada una de las mil noches desde que me dio por encerrarte, echar el cerrojo y arrojar, junto con mi alma, las llaves a las profundas fauces del infierno.
Mentiría si dijera que, cada una de esas malas noches, el estómago estuvo intacto y no ardía como una mecha inacabable.
Mentiría si dijera que no te he oído martillear los dedos a todas horas sobre el cemento donde te escondo como el virtuoso músico que necesita teclas imaginarias.
Te he dado la espalda sin un porqué acertado, a la sombra de mi sangre, a lo que en parte soy a oscuras. Me equivoqué. Y no hay razón para decir lo siento.
Quiero que vuelvas y hagas lo que sabes. Y hazlo pronto.


Escribe King:
No apunto con la mano;
aquél que apunta con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Apunto con el ojo.

No disparo con la mano;
aquél que dispara con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Disparo con la mente.

No mato con mi pistola;
aquél que mata con la pistola ha olvidado el rostro de su padre.
Mato con el corazón.

domingo, octubre 14, 2012

Trilogía America

Muchas noches pienso que Ellroy y yo conversamos. No hablamos de nada en concreto. Más bien él sólo observa la noche tras las copas, el cutre antro en el que estamos y mi cháchara barata.
Bebemos tinto, pero molesto, me pide a cada sorbo cerveza americana. El vino le sabe a cianuro dice, a lo que respondo llenándole otra copa de la tierra.
 La música le duele en los oídos. La gente le molesta. Y no hay pelirrojas a la vista.
Yo le cuento mis sueños, le taladro sobre mi probable talento, de lo mucho que me esfuerzo... pero sus pupilas no se mueven ni tanto así.
Los genios no hablan, sólo escuchan y observan.
Así noche tras noche, garito tras garito, esperando a que alguna vez suelte prenda.

Ellroy no sólo es un escritor de los grandes sino un tipo con agallas. Hace falta tenerlos bien puestos para plasmar en papel una obra con tanto talento como es su trilogía americana.
Tres bloques de más de mil páginas donde las tripas se te revuelven y el pulso se te acelera.
Ellroy se te mete en la cabeza, te la come como un sanguijuela, te quita el sueño y las ganas de dormir.
Ellroy, Ellroy, Ellroy... puñetero maldito genio.

Pero lo mejor es el estilo: las frases cortas, los tajos limpios.
Preciso. Incisivo. Mordaz.
Suelta todo lo que se le antoja y como se le antoja.
No tiene patrón definido. Si hoy viene a por ti, utilizará cualquier arma para decapitarte.
Él es Dios. Dios no tiene límites.
Si Dios habla, tú te sientas y escuchas. Y a lo sumo asientes.

Escribe a mano. Se vuelve a leer. Le corrigen.
Y los textos giran otra vez.
Autómata. Perfeccionista. Ladrador. Obsceno.
No me canso de estar en sus mundos.
Enloquezco cada vez que lo hago.
Me vuelvo más huraño, oculto, posesivo.

Trilogía america o cómo hacer una disección pulcra de un país, de su corrupción y de sus mentiras.
Cómo romper moldes o sólo reventarlos.
Porque Ellroy no sólo coge el bisturí y te abre en canal,
 luego sonriendo te mete dinamita en las tripas.

No se me puede ocurrir que no sepas quién es ni qué escribe.
No podrás distinguir la realidad de la ficción en esta obra.
Y después dudo que vuelvas a ser el mismo.
Sólo recuerda: "América" - "Seis de los grandes" y "Sangre Vagabunda".
No emplearás mejor dinero en tu vida.

GK.2012.