lunes, marzo 08, 2010


Shutter Island - Una película de Martin Scorsese
138 minutos - Año 2010

Algunas cosas jamás deben cambiar: mi lánguida tristeza aquejada por el ciclo lunar y mi amor inexorable por el buen cine. O al menos, estos pequeños placeres ruego se me quiten al final del camino sea largo o como demonios se quiera.
Aquí suceden dos cosas de especial claridad:
- Primero: De lo que leas siempre créete la mitad, demasiados intereses en el camino te pueden hacer perder el norte y algunas joyas (ésta) durante el tránsito. No puede entenderse como la crítica americana la pone a caldo (a fuego fuerte) y la crítica europea la proteja hasta morir. Algo no funciona. Estamos corruptos desde dentro de la mismísima alma. O locos, que le viene muy bien al caso.
- Segundo: Leonardo es un actor infravalorado, como le ocurre a Pitt (siendo Brad quizás dotado de mayor talento), debido al hecho que "el ser guapo" muchas veces la costado cara la broma. Y le sigue costando, con lo que la factura en cuestión pasa a ser desorbitada. No es justo.
En mi humilde opinición, Shutter Island es cine puro, que sólo puede salir de las manos de un maestro. Y no hay otra porque muchos que no les guste. Y Scorsese lo ha sido durante décadas.
"El tempo" del amigo, el elenco en general de actores (Bravo Dicaprio), la fotografía y un montaje que da vida hacen que estas dos horas sean una odisea en la que te pierdes, te encuentras, sufres, y desees... para sólo encontrar la agonía de un grito fundido de lo que realmente somos: Nada.
Existen momentos totalmente maravillosos, duros, pero mágicos que representan el cine con gancho tremendo de Scorsese, sutil cuando debe y agresivo y afilado por momentos, todo ello envuelto en una música genial.

Lo mejor: Ciertos momentos se me quedaron en la retina de por vida; cualquier dupla en la peli donde salga Dicaprio; el maestro.

Lo peor: ...

Puntuación Filmaffinity: 7,4
Puntuación Gambitoking: 10 - No queda otra.


Los amantes - Un libro de John Connolly

Pocas cosas me hacen salir de la madriguera porque desde hace tiempo huyo de la luz, de mi alma y quizás hasta de la vida. Y es que me siento inerte, sin vueltas de cuerda, sin las ganas de antes ni las de mañana, en la apatía más voraz y rubicunda que tira hacia el hoyo. Lejos, oscuro, siempre hacia abajo.
No salgo, y no busco ni regocijo en ello, lo acepto maltrecho y a lo más que llego es a revolverme inquieto en un acto que me de calor y un poco de conciencia de que sigo en esto llamado mundo muy, pero que muy a mi pesar.
Y como digo pocas cosas me estimulan lo más mínimo, salvo "mi petit princesse" of course, y tres o cuatro chorradas más que pasan por estar en el lado oscuro de mi ser, algo parecido a ser cutre y encima friki.
Connolly, lo sabe hasta el más pasajero que ha pasado alguna vez por este tugurio, es debilidad de la buena.
Cada vez que sale a la luz algo de Charlie Parker mi suelo se debilita, se erosiona y pierde consistencia, me vuelvo inestable, más, y parece que todo gira entorno a este antihéroe policial, que me estimula y da sentido, y se convierte en pasos para seguir en el angosto pasaje por el que camino.
Parker... No hago sino devorar y engullir las palabras que a ti saben (y al final sé tan poco de ti). Nunca un universo estuvo mejor creado, y mejor y mejor según avanza, como si estuviera todo milimetrado, hermoso dentro del caos del bien y el mal, de las almas, de los grises, de los fundidos...
"Los amantes" es preciso y adecuado, y no hace más engrandar el escenario, ponerla la hermosa decoración, con la prosa adecuada y la más profunda documentación a la que Connolly nos tiene acostumbrados... y al final, qué pena, se nos hace tan pequeño que es un mísero dulce para el hombre goloso del saco.

Lo mejor: Siempre Connolly.
Lo peor: Para saciar a veces no leo sino que engullo.

Siempre por encima del 7.