Frivolité

Nos morimos, no te engañes, tarde o temprano cogerás el trenecito hacia ninguna parte (un sitio, con mi humor más negro que viene al caso, sin hipotecas). Nos morimos como digo, y todo será gratis, y no habrá tormentos, ni amarguras, ni falta de sueño (punto negro número dos).
Y digo esto porque realmente todo nos da igual, hablamos,oímos y comentamos de que todos los días se muere gente como quien come churros, coge el coche o tiene jaqueca. Así de frívolos somos, y de machotes, porque la muerte nos la trae al pairo. Como todo. ¡Qué triste!
Pére-Lachaise (la foto) es el cementerio más visitado del mundo, me imagino que entre otras cosas porque está la tumba de Jim Morrisom, que murió en Paris en 1971. Allí hace más de diez años, sentí respeto, paz y miedo. Y como un flechazo instantáneo me enamoré de él. Aún recuerdo aquel paseo entre sus tumbas. Y ahora cuando escribo estas líneas me viene a la mente junto con el trágico suceso de estos días de Antonio Puerta (un futbolista tremendo) y me digo: Ojalá estés en el cielo, como todos los que, a diario, se deciden, por un motivo o por otro, a dejarnos.

El últimatum de Bourne (una película de Paul Greengrass)

Dije hace unos cuantos meses que el trabajo de Paul Greengrass merecía cierta atención, de hecho recomendé (Enero 2007) su buen hacer en United 93, una película por la que estuvo nominado con razón (lo único salvable también).
El últimatum de Bourne es la confirmación en toda regla. Gran trabajo de todos, desde el primero hasta el último, en hacer un producto apetecible, respetable y creíble (dentro de este séptimo arte que todos amamos).
Bourne merece que vayas al cine.
Lo mejor: La persecución por Tánger y lucha posterior creo, y no me cansaré de decirlo, que pasará a los anales del cine: ESPECTACULARRRRRR; el empate con la segunda entraga es fundamental y tremendo; la acción, el juego de móviles, la trama...
Lo peor: Que esto se acabe ya.
De visionado entretenido y cómodo. Globalmente notable alto.

Conchita
Disco: Nada más

En un año en el que los grupos de siempre vuelven a unirse (¿la música no se iba al garete con esto de Internet?), se destapa un producto nacional nuevo más que interesante de nombre Conchita.
Ok. El nombre no es para tirar cohetes, el caso y lo que nos interesa son su voz y sus letras, y es ahí donde esta chica sobresale con autoridad.
Su disco es muy completo (estoy quemando las canciones hace semanas) pero destaco Dónde (os dejo el video de su actuación en una emisora) - Y ahora qué (dúo con Antonio Vega brutal) - No salgas corriendo. Se merece una audición porque es talento de futuro.
Notable alto. A mejorar su videos.

Planet Terror (una película de Robert Rodríguez)

No había ni críticas alentadoras, ni ninguna razón a priori. Era más bien una apuesta a rojo o negro o una tarde aburrida de centros comerciales (¡a lo que hemos llegado!). Me invento como excusa estrenar unos nuevos cines... Me sale bien.
Como preludio aclarar que Robert Rodríguez alcanzó su cúspide cinematográfica hace dos años con "Sin City", una clara debilidad personal, aunque también tiene un saco de castañas de las duras después de aquellos 7000 dólares que invirtió, junto con toda su alma, en su multipremiada "El mariachi".
Hoy por hoy, Rodríguez y su amigo Tarantino tienen la licencia de hacer lo que les da la gana y como les da la gana. Planet Terror es una de esas escaramuzas arriesgadas y aberrantes, porque lo que está claro, es que a gamberrradas no les gana nadie.
Personalmente la encontré curiosa, con golpes macabros excelentes (con sus actores de siempre: Tom Savini), con chorradas indigeribles otra veces y con guarrindongadas de principio a fin. Los detalles tarantonianos están presentes, como un sello de calidad, y su correspondiente aparición también.
Lo mejor: Estrenar los pedazo de butacones en el cine; el cuchillo cortapelotas.
Lo peor: Puede que sea todo si no tienes estómago y no sabes a lo que vas; al final hasta yo mismo me saturé del mismo rollo; las notas de los cines alertando un poco lo que van a ver: penoso; la minimoto no era necesaria.
En fin, que no esperes gran cosa porque no lo es, es un cine atrevido e insultante que no se traga cualquiera... pero yo no soy cualquiera, para mi aprueba y llega al bien.

Ratatouille (una película de Brad Bird)

¡Qué manera de pasar el rato! Disfrute mucho. Me encantó.
La película es fresca, es diferente y es ingeniosa, cosa poco habitual y en vía de extinción entre tanta cosa rara y plagio tras plagio como quien come galletas víctima de la ansiedad.
Brad Bird, ganador de un Oscar por Los Increíbles (otra auténtica pasada), nos vuelve a dar otra delicia en el paladar como si tal cosa, sobrado de talento, y muy seguro de la máquina Pixar.
El corto "Lifted", que la precede, también es otra maravilla técnica y con bastante gracia.
Lo mejor: Me pareció tierna, aguda y perfecta.
Lo peor: Nada que objetar.
Puntuación: Sobresale por si sola. De las que no hay que perderse.
Un mejestuoso adelanto:

Top cabr...

Corren tiempos difíciles entre tanto político mangante, hideput... amante del fuego, raptos, robos, desapariciones, asesinatos, muertes y vejaciones.
Y ya no es cuestión de tener masa gris, si la hubiera o hubiese, es cuestión de pensar qué diablos somos, o tal vez en qué nos estamos convirtiendo y hacia dónde vamos cuando crucemos más allá de las ciénagas.
De verdad, la cosa pinta fea. Uno ya no sabe cómo debe salir a la calle, si con la cartera en el bolsillo o con un machete en la mano entre tantos hijos del maiz.
Así como algo cotidiano, cada día nos llegan avalanchas de noticias de esta índole y nos volvemos grises, sucios, rencorosos y con el odio aflorando en unos dientes apretados. O quizás ya somos tan inmunes que hacemos zapping y eliminamos el problema como cuando metemos algo en la papelera de reciclaje y apretamos una tecla. Y es que al final somos unos cínicos y preferimos el "tomate".
Y no quiero acabar esta reflexión patética, quizás obra del bochorno, de esta manera, por lo que prefiero quedarme con una canción y con los ojos de Nelly Furtado. He optado por su versión española... y no sé por qué si me gusta más la inglesa. Cosas del subconsciente creo yo... y de las fotos.