viernes, febrero 27, 2009


Revolutionary Road (una película de Sam Mendes)
119 minutos. Año 2008.

Sam Mendes y yo nos llevamos de escándalo desde poco antes del 2000. No por su "American Beauty" (1999), aquella película impresionante y desgarradora, sino más bien por su "Camino a la Perdición" (2002), obra maestra trágica de dulce belleza.
Al tajo, lo cierto es que vi Revolutionary Road antes que "El curioso caso de Benjamin Buttom", hace más de un mes, y hasta hoy no he sido capaz de poder hablar de ella. Y tampoco hoy me saldrán grandes cosas.
Revolutionary Road es el lado malo de la pareja, de la vida, de unos sueños que nunca llegan y te ves atrapado en un día de la marmota triste y gris. Es una indigestión, es sufrir, es pasar un mal rato. Y en algo de eso tendrán que ver el director, lo que se cuenta y lo que se interpreta... pero el mal cuerpo no te lo quita nadie.

Lo mejor: Dicaprio tiene "ese algo" de los actores de antaño y me gustó más que ella (mira que soy raro); Mendes sigue siendo muy bueno aunque este no sea mi cine predilecto (igual lo llamo en breve); el vestuario por momentos soberbio.
Lo peor: El sentimiento que te despierta gigante, descomunal y fiero.

Puntuación Filmaffinity: 7,2
Puntuación Gambitoking: 7 (aunque no la veré nunca más)

Eye of the tiger

Está de moda que la publicidad (sobre todo de coches) se apoyen en joyas musicales para salir del atolladero de ventas en las que se encuentran.
Así se descubren pequeños diamantes. Y que siga la búsqueda.


martes, febrero 10, 2009


El curioso caso de Benjamin Button (una película de David Fincher)
167 minutos. Año 2008.

No esperaba para nada ver a un David Fincher tan "limpio", con esa forma de mostrarse, inusual y por ver primera, tan expuesto, transparente y sensible. De una manera tal, que si alargas el brazo con tu dedo índice, aunque es de otro planeta, casi puedes tocarlo. Los genios no tienen fin, son infinitos, y digo que tienen ese dedo de E.T que lo que tocan lo iluminan.
Este cineasta impropio de estos tiempos, que apareció sobre los 90 con aquella Alien 3 que nadie entendió (quizás yo tampoco) y que le dieron castañas de lo lindo por ello, no ha parado de crecer desde entonces dejándonos maravillas, absolutas maravillas visuales (Seven, El club de la lucha, The game, Zodiac...). Y aquí, va, te aparece y se desenvuelve en un tono romántico, mágico y único como si fuera el Bécquer del séptimo arte. Flipante.
El curioso caso de Benjamin Button es una obra maestra en muchos sentidos, y digo en muchos porque si uno es capaz de retirar esa fina capa que Fincher ha creado para proteger y dar sentido al producto, se encuentra no con un mousse cualquiera sino con chocolate belga y de quilates, donde cada sabor despierta un sentimiento y una reflexión (quien no llora aquí no tiene corazón).
Si a su calidad en su repertorio y a su forma de ver el cine se une el talento de los dos principales pues uno ya no lo borda sino lo puntillea y lo perfecciona hasta la saciedad. Pitt siempre tachado de guaperas es un actor en mayúsculas (aunque guapo es un rato claro) y donde va lo clava, y Blanchett lo da todo y queda preciosa a su lado.

Lo mejor: Los dos protas están impresionantes con un Brad Pitt absolutamente maravilloso; una oda crucial al tiempo; una película de este calibre sin música no es nada; la puesta en escena; la luz.
Lo peor: Quizás el hilo argumental del hospital; que ahora lleguen los Oscars y la acribillen.

Puntuación Filmaffinity: 8,1
Puntuación Gambitoking: Creo que merece más. Sobra, sobra del nueve.
Absolutamente indispensable. De filmoteca.