El asesino de la carretera - Un libro de James Ellroy

Anochece a las primeras de cambio, en unos días que dicen son más bien cortos y donde el simpático frío tiene la santa venia de campar a sus anchas por tus piernas, tus mofletes, tus orejas y, si lo dejas, por tu nobleza más oculta.
Como tipo gris que soy mi lectura es otra: tenemos una hora más de oscuridad, de miedos acechando el canto de la puerta, de soledad, de quietud y de calma: palabras que según avanza la madrugada toman otro matiz más dramático, donde refugiados y temerosos nos protegemos de todas las cucarachas, comadrejas y malasangre que salen desde las entrañas de la tierra para vertir el mal. Si miras entre las cortinas verás que donde antes estaban ocultos ahora danzan como malditos.
Y, de una manera mucho más profesional pero ni mucho menos delicada, de años dedicado a la tecla firme, de alguien que sabe cómo "contar" nos habla Ellroy, directo como una flecha y sin cortarse un pelo, del mal en estado puro.
La trama: Martin Michael Plunkett es un asesino en serie que tras ser capturado decide ponerse en contacto con una editorial para escribir un libro autobiográfico relatando sus andares a lo largo de sus viajes en carretera por Estados Unidos.
La valentía del libro es también su desgracia, ya que no todo el mundo puede soportar lo que Ellroy relata, ni de lejos (aunque yo lo recomendaría sin dudarlo con los ojos cerrados) pero un relato de estas características, donde el punto de partida es el centro de un huracán malévolo, no entra bien en la sesera. Y te quita el sueño como susto que quita el hipo.
Contado casi en su totalidad en primera persona, es envidiable el coraje, el acierto, la terrible documentación que tuvo que haber llevado, el hilo argumental, la multitud de datos, detalles y fechas que el autor ofrece, donde repito, Ellroy (que ya se encuentra situado en mi particular Olimpo) se sale del mapa con una narración atroz.


Lo mejor: El final es, sencillamente, sublime.

Lo peor: Es mejor no pensar demasiado en él o no viviríamos tranquilos; creo que citar a Charles Manson no era necesario, el libro gana credibilidad a cada página.

Su literatura es muy, muy notable.

Sin reservas (una película de Scott Hicks)

105 minutos. Año 2007.

Lo esperado. Bueno, no, tuvo su intringulis como, haciendo un simil fácil culinario, ese sabor que ronda en la boca después de un mordisquito y no sabes qué condimento es. En este caso, apesta, y fue ajo.

Nos emperramos en cosas que no pueden ser, en cosas prefijadas... en estupideces vamos. Y uno y uno son dos. Aquí y en la China.

Sin reservas tuvo media hora en la que se me hizo incluso afable. Luego toda la montaña rusa iba en dirección al garete.

Lo mejor: La primera media hora.

Lo peor: Todo lo que viene después; es una copia burda y mala de una gran Ratatouille de la factoría Disney-Pyxar.

Puntuación. Estoy benévolo. Tiene un 4.

Puntuación Filmaffinity: 5,6.

Definitivamente, quizás (una película de Adam Brooks)
105 minutos. Año 2008.

Muchos de los que me machacan dirán que, de manera definitiva, se me ha ido la pinza, porque están esperando ocultos entre la maleza a que en un pisada rompa una rama seca o pise una soberana mierda para señalarme con el dedo. Necios y palurdos.
Para mí, en plenas facultades, manifiesto que, probablemente y de manera cinéfila, se me han acabado el cupo de sorpresas este año, porque "Definitivamente, quizás", para mí, ha sido el último ticket que Charlie Bucket encontró en una chocolatina para visitar la fábrica de chocolate. O mucho tiene que cambiar mi suerte y mis refinados gustos.
Antes de empezar he de decir que esta película es el mejor trabajo no sólo de Ryan Reynolds como protagonista con diferencia sino también de Adam Brooks que a la vez dirige y escribe.
La cinta es una comedia romanticona, facilona y muy bien contada, sin ningún tipo de fisuras, que resulta muy agradable al paladar y que, sin llegar a ser un boom, es un producto de calidad más que sobrado.
La trama: Por primera vez hago copia y pega de Filmaffinity: "Will Hayes (Ryan Reynolds) es un papá de treinta y pico años en pleno divorcio. Su hija (Abigail Breslin) de diez años le pregunta por su vida antes de casarse, quiere enterarse de cómo se conocieron sus padres, de cómo se enamoraron. Para contestar a Maya, Will rememora el pasado de un joven idealista que aprende los tejemanejes de la política en una gran ciudad, y le cuenta que conoció a tres mujeres. Desesperado, intenta construir una versión “tolerada” para su hija y cambia los nombres de las protagonistas. Maya tendrá que adivinar con cuál de las tres acabó casándose. ¿Quién es su madre? ¿Emily (Elizabeth Banks), la novia de universidad de Will? ¿O quizá sea su amiga de siempre, su confidente, la apolítica April (Isla Fisher)? Aunque también podría ser una ambiciosa e inconformista periodista llamada Summer (Rachel Weisz). Maya empieza a unir las piezas del rompecabezas romántico de su padre y entiende que el amor no es fácil ni simple. (FILMAFFINITY)"





Lo mejor: La majestuosa belleza de Rachel Weisz en pantalla no tiene límites; el equilibrio de todos los personajes; la textura y el resultado final.
Lo peor: ¿Es tan difícil conseguir esto?; Abigail Breslin espero que no se habitúe a esta clase de papeles.

Puntuación: 8
Puntuación Filmaffinity: 6,2

Dueños de la calle (una película de David Ayer)

109 minutos. Año 2008.

De manera casual (me encanta) James Ellroy se mete en mi camino con su novela "El asesino de la carretera", un préstamo que no aceptaría (los libros no se prestan por si no lo han oído antes) si no fuera por ser un asunto familiar (te quiero hermano). 

Cito: "Es uno de los grandes escritores de novela negra contemporánea. [...] Conocido como el perro rabioso de las letras norteamericanas".

Se sale esta presentación. Otro punto a su favor. Más otro que le doy yo porque es el autor de una debilidad personal L.A. Confidential, maravillosamente ejecutada en cine por Curtis Hanson.

Aún es pronto para hablar de él. Tendrá su momento y su espacio reservado. Eso sí sus primeras 25 páginas enganchan pero queda tela...

"Dueños de la calle" está basada en una historia suya y también firma el guión con otros dos que no conozco (y creo que ni falta): Kurt Wimmer y Jamie Moss (enhorabuena a los premiados).

En esta ocasión, lo que tengo que contar es otra película de corrupción de polis hasta las cejas, de todo el mundo pringado hasta las rodillas, de manos llenas de sangre, de ganas de tener los bolsillos a reventar de pasta... dentro de un metraje ramplón, que no consigue nada de lo propuesto (o sí, vete a saber) salvo mostrar a un Reeves quizás haciendo de él mismo.

Lo mejor: Un plano violento que me gustó y punto.

Lo peor: La sensación de ser repetitiva y aburrida, y que los actores en vez de salvarla daba la impresión que querían hundirla más en el fango.

Antes que el diablo sepa que has muerto (una película de Sidney Lumet)
117 minutos. Año 2007.

Codicia. Tradición. Venganza. Tres palabras en cartel como reclamo para que no te escapes de esta película. Para mí, tres palabras que definen muchas de las carencias del ser humano, donde para sacarnos lo peor siempre hay jugo.
La trama: Dos hermanos (Hoffman - Hawke) con problemas económicos de distinta índole planean un atraco a la joyería de la familia. Es lógico que no todo sale según lo establecido.
No suelen gustarme estas películas de espirales negativas, donde todo va de mal en peor, donde lo pasas mal y sufres hasta angustia, donde en vez de comer palomitas pareces que te estás metiendo ácido.
Pero, bueno, me entretuvo en un mal rato.

Lo mejor: Philip Seymour Hoffman está en un nivel tan bueno en su carrera que si interpreta una rata igual te lo crees; la ambientación de la película es muy buena y parece hablarte.

Lo peor: Una burrada inapreciable para las masas pero lo siento tengo que decirlo: el ventilador que sale en la peli, aparte de malo como su madre (Puritan Bennett 7200), está disparando dos alarmas de manera continua y la peña como si nada; qué importante es un buen final: éste es malo y con lo bien que iban; ¿Marisa Tomei tiene ya que desnudarse para conseguir papeles?

El juego del amor (una película de Robert Benton)
102 minutos. Año 2007.

No sé en que momento se me ocurrió alquilar esto (objeto inanimado, sin sentimientos y si fuera por mí volador: lo tiraría por la ventana).
Y ahora después de veinticuatro horas de reflexión (lo que es de reflexión, reflexión es poco) no sé si la película está más cerca del concepto cupidiano del amor o de la idiotez más absoluta y mundana.
Lo cierto, es que con personajes tan planos como hojas de papel y tan transparentes como las medusas no se llega ni a ninguna parte. Y menos contar una historia, que tampoco es para tirar cohetes.

Lo mejor: ... el amor que existe en todas partes menos en esta película ...
Lo peor: Ahora sé porque aún contando con Morgan Freeman y Greg Kinnear ni triunfó ni lo merecía; lo peor que he visto de Selma Blair en una esposa reconvertida a lesbiana.

Quemar después de leer (una película de Joel y Ethan Coen)
96 minutos. Año 2008.

La sencillez es exquisita. Esto es lo que hay, lo tomas o lo dejas. Nada de florituras ni de aspavientos, ni de, te lo pido por favor, chorradas. El cine de los Coen es inteligente, preciso y ha pasado por el horno de bien hecho. No fallan.
Y pueden contar lo que les da la gana que el resultado siempre es el mismo, para que a todos detractores se les revuelva la tripa.
Aquí nos traen una historia de espías muy delirante, ácida, parece que idiota, inteligente, muy, muy bien hecha y con un reparto que da la impresión de habérselo pasado pipa. Y, sí, el resultado para el espectador es similar. O mejor.

Lo mejor: Técnicamente es perfecta; todos están muy bien pero Brad Pitt lo clava.
Lo peor: Quizás la película no dista mucho de la realidad.

Un Dios Salvaje (una obra de teatro de Yamina Reza)

Recuerdo la obra Art en Madrid en el teatro ¿Fígaro? hace ya años, de Yasmina Reza, con Ricardo Darín como uno de los tres principales como una auténtica pasada: Sutil, inteligente a rabiar, real, palpable... (sin adjetivos realmente) De lo mejorcito que he visto.
Viajo por otras cuestiones a Madrid (¡qué frío coñe!) y se me hace obligado buscar en la red que puedo pescar en la cartelera. Con suerte... ¿Yasmina Reza? Tranquilidad. Se ha acabado la búsqueda. Haya paz.
Así me topo con "Un Dios salvaje" de quien cito con un cuarteto inmejorable encabezado por Maribel Verdú, Aitana Sánchez-Gijón, Pere Ponce y Antonio Molero, y surge de las sombras, para mi sorpresa, un gigante de emociones como las vividas años atrás. Felicidad que poco apareces, maldita diabla.
El tema: Un niño le pega a otro con un palo y le rompe dos dientes y sus padres, sin dudarlo, se reúnen para tomar cartas en el asunto.
(Otra vez sin adjetivos)
Recomendable porque, como me harto de decir hasta la saciedad, aún no sabemos hasta que punto llega a ser despreciable el ser humano, todo esto dentro de la satírica, el humor, el buen hacer de los cuatro y la realidad que los envuelve.

Lo mejor: Te ves reflejado... sin lugar a dudas.
Lo peor: Pagué como un condenado y la vi en el quinto pepino.

Algo pasa en Las Vegas (una película de Tom Vaughan)
99 minutos. Año 2008

Nos siguen empujando a tragar barro en una trinchera económica donde letreros de neón con la palabra crisis crecen hacia el cielo infinito. Yo tengo ya mi disfraz de la condenada gallina de los huevos de oro, igual si hago mucho esfuerzo me sale uno o no... depende de lo que consideren por metal precioso.
Ante este acoso inhumano opto por chorripelis, de las que salgo de este mapamundi como un cohete solo con mis calzoncillos de rigor y el mando que puede más que un sable láser.
Algo pasa en Las Vegas es lógico que no sea una maravilla del séptimo arte (tampoco lo pretende), pero cumple con su cometido con solvencia.
La primera parte es muy divertida y se pasa enseguida porque tú y yo fuimos unos golfos y tajadas como las que ves en la pantalla, las viviste en tu propia piel mientras te vitoreaban en olores de multitudes para tragar de lo lindo, cosa que nadie te enseñó pero que se te daba la mar de bien. Eso pasaba antes que te arrastraras por la ciudad echando la bilis sobre las flores. Imágenes de esas en la recámara tenemos como cicatrices en el cuerpo, no te me avergüences ahora.
Luego la peli (ohhhh) se vuelve sosilla. Y en algo más de 90 minutos con algunas sonrisas menos vuelves al sillón como por arte de magia dispuesto otra vez de acordarte de estos estos magnates que nos tienen contra la esquina del cuadrilátero como han tenido más de mil veces a Rocky.

Lo mejor: Lo dicen todos y lo corroboro: la química entre ambos es brutal; los colegas y su cinismo.
Lo peor: Que no consiga mantener el listón arriba más tiempo.

Como la vida misma (una película de Peter Hedges)

98 minutos. Año 2007

Si alquilas "Como la vida misma" en plan comedia y echarte unas risas lo más probable es que intentes suicidarte metiendo tu cabeza de chorlito en la cascada fresca de la taza del váter. O algo sumamente peor con tripas desparramadas por el suelo en plan gore y un montón de ketchup, porque esta película se encuentra en un punto bastante retirado de una comedia (en una casita apartada frente al acantilado), de hecho, me parece mejor encajarla en la casilla de drama o puede que quizás, sólo quizás, existan tipos más ácidos que yo.

Su sinapsis: Un columnista y triste viudo va con sus tres hijas a una reunión anual familiar, y se enamora de nuevo como un jovenzuelo... de la novia de su hermano.

Lo mejor: El olor a otoño que desprende.

Lo peor: Que te la intenten liar con risas y acabes con una botella de orujo entre tus piernas.

La niebla de Stephen King (una película de Frank Darabont)
127 minutos. Año 2007.

El maestro y yo llevamos peleados casi una década. Mientras él no sabe, ni tan siquiera, que existo, yo pierdo la fé en su talento. No se puede ser perfecto.
De hecho sus últimos libros se apilan en mi escritorio aguantando polvo, fotos o para acordarme de su maldita estampa.
Breve recordatorio de sus letras vacías y perdidas:
2001 - Casa Negra (Black House, escrito junto a Peter Straub): Ni lo tengo ni, sinceramente, me apetece un pimiento.
2002 - Buick 8: un coche perverso (From a Buick 8): Muy malo, ya hubo un "Christine" y era de calidad.
2005 - Colorado Kid (The Colorado Kid): Me llama menos que los capullos que me tocan en el portero.
2006 - Cell: Espeluznante pero de lo malo que es.
2006 - La historia de Lisey (Lisey Story): He intentado arrancarlo tres o cuatro veces pero sigue calado hasta los huesos.
Así, aquejado de pena, todavía espero su talento. Pero vamos al tajo que es la tira de tarde.
Frank Darabont ha hecho dos maravillosas películas de los relatos de King, una cosa fuera de lo común, algo raro, raro, raro: "Cadera perpétua" y "La milla verde". Es una pena que "La niebla" no llegue ni a esos niveles ni a su zona costera.
Y empieza bien, con el protagonista pintando al "pistolero" cosa que hizo que mis ojos se llenaran casi de lágrimas, seguidos de un par de planos cojonudos y tal. Tres minutos. No más.
Y es que "La niebla" lo intenta a tirones y cuando realmente da miedo es cuando no aparecen "los bichitos" y "chorradas correspondientes" y se dedica a destapar toda la miseria humana que nos caracteriza. Ahí te aflojas todo y te da la rabia y la desesperación.

Lo mejor: Hice una pausa, me fui al sobre pero tuve que volver y vi el final que me dejó frío; voy a decir Frank Darabont por intentarlo en vano.
Lo peor: Las criaturas malas malitas.

Se deja ver.