viernes, octubre 24, 2008

Dueños de la calle (una película de David Ayer)
109 minutos. Año 2008.

De manera casual (me encanta) James Ellroy se mete en mi camino con su novela "El asesino de la carretera", un préstamo que no aceptaría (los libros no se prestan por si no lo han oído antes) si no fuera por ser un asunto familiar (te quiero hermano). 
Cito: "Es uno de los grandes escritores de novela negra contemporánea. [...] Conocido como el perro rabioso de las letras norteamericanas".
Se sale esta presentación. Otro punto a su favor. Más otro que le doy yo porque es el autor de una debilidad personal L.A. Confidential, maravillosamente ejecutada en cine por Curtis Hanson.
Aún es pronto para hablar de él. Tendrá su momento y su espacio reservado. Eso sí sus primeras 25 páginas enganchan pero queda tela...
"Dueños de la calle" está basada en una historia suya y también firma el guión con otros dos que no conozco (y creo que ni falta): Kurt Wimmer y Jamie Moss (enhorabuena a los premiados).
En esta ocasión, lo que tengo que contar es otra película de corrupción de polis hasta las cejas, de todo el mundo pringado hasta las rodillas, de manos llenas de sangre, de ganas de tener los bolsillos a reventar de pasta... dentro de un metraje ramplón, que no consigue nada de lo propuesto (o sí, vete a saber) salvo mostrar a un Reeves quizás haciendo de él mismo.

Lo mejor: Un plano violento que me gustó y punto.

Lo peor: La sensación de ser repetitiva y aburrida, y que los actores en vez de salvarla daba la impresión que querían hundirla más en el fango.

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