lunes, marzo 08, 2010


Los amantes - Un libro de John Connolly

Pocas cosas me hacen salir de la madriguera porque desde hace tiempo huyo de la luz, de mi alma y quizás hasta de la vida. Y es que me siento inerte, sin vueltas de cuerda, sin las ganas de antes ni las de mañana, en la apatía más voraz y rubicunda que tira hacia el hoyo. Lejos, oscuro, siempre hacia abajo.
No salgo, y no busco ni regocijo en ello, lo acepto maltrecho y a lo más que llego es a revolverme inquieto en un acto que me de calor y un poco de conciencia de que sigo en esto llamado mundo muy, pero que muy a mi pesar.
Y como digo pocas cosas me estimulan lo más mínimo, salvo "mi petit princesse" of course, y tres o cuatro chorradas más que pasan por estar en el lado oscuro de mi ser, algo parecido a ser cutre y encima friki.
Connolly, lo sabe hasta el más pasajero que ha pasado alguna vez por este tugurio, es debilidad de la buena.
Cada vez que sale a la luz algo de Charlie Parker mi suelo se debilita, se erosiona y pierde consistencia, me vuelvo inestable, más, y parece que todo gira entorno a este antihéroe policial, que me estimula y da sentido, y se convierte en pasos para seguir en el angosto pasaje por el que camino.
Parker... No hago sino devorar y engullir las palabras que a ti saben (y al final sé tan poco de ti). Nunca un universo estuvo mejor creado, y mejor y mejor según avanza, como si estuviera todo milimetrado, hermoso dentro del caos del bien y el mal, de las almas, de los grises, de los fundidos...
"Los amantes" es preciso y adecuado, y no hace más engrandar el escenario, ponerla la hermosa decoración, con la prosa adecuada y la más profunda documentación a la que Connolly nos tiene acostumbrados... y al final, qué pena, se nos hace tan pequeño que es un mísero dulce para el hombre goloso del saco.

Lo mejor: Siempre Connolly.
Lo peor: Para saciar a veces no leo sino que engullo.

Siempre por encima del 7.

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