sábado, diciembre 16, 2006

Dominó (de Tony Scott)

Analizando la bazofia de estrenos de la semana donde los dragones de Eragon me huelen a patraña insana, decidí volver a la vieja y rápida usanza: tarjeta y videoclub.
Como la última película me causó una grata impresión salvo por el detalle ya sumamente comentado, opté por Scott otra vez y por un film de esos que se te escapan por vete a saber qué razón; también con el doble sentido de quitarme la sensación de culpa por ello: Padre, he pecado.
Así Dominó sigue en la línea de Tony Scott, con esa tan particular de grabar y de ver el cine que tiene el Scott menos famoso.
Sin embargo, la película con trama de cazarecompensas y basada en una historia real se me hizo un poco larga. También hay que decir que el metraje se deja ver sin que sea ninguna maravilla y que tiene más a favor que en contra.
Lo mejor: El impresionante efecto de la mezcla de la música perfecta y las imágenes que Scott nos regala; un poco Mickey Rourke por qué no decirlo.
Lo peor: Lamentablemente la sensación de seguir viendo siempre lo mismo desde hace 3 ó 4 películas por mucho que me duela.

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