viernes, enero 16, 2009


El año que corrí 600 km

Mi última prueba seria data de finales de 2005. Fue una media maratón que corrí de manera aceptable y sin grandes propósitos a 5´el km.
Al año siguiente hice otra media maratón pero fui sin preparación ninguna y me arrastré con todo el dolor que puede soportar un cuerpo humano como una babosa en los últimos 5 km. De hecho casi me adelanta el regimiento de militares. Sólo el orgullo pudo con aquello. Y abusar de una, dos, tres o diez pulsaciones de más.
Después hubo un parón tremendo basado en lesiones y mucho trabajo. Un horror.
2008 deportivamente fue todavía peor: una losa, una tumba en la que estaba atrapado, una criba de lesiones, un verdadero y candente infierno.
A días de hoy sigo limpiando las paredes de mi mente con lejía para olvidarlo por completo, pasando un algodón, como antigüamente, para ver que, día a día, no queda ni rastro de aquella fatalidad. Porque para el deporte casi es igual el cuerpo que la mente, lo uno sin lo otro no funciona, es un amor no correspondido. Y por un desequilibrio tal se sufre. MUCHO.
Fueron 600 km tirados a la basura, muchos minutos, mucho esfuerzo y sacrificio, muchas calorías, mucho frío y calor, mucho dolor desconocido. Todo eso en saco roto. Y un cuerpo marcado como ganado.
De hecho, ese trabajo dejó en su camino dolorosas lumbalgias varias, problemas de pisada con descompensaciones día sí y día también, agradables y jugosas sobrecargas de gemelos y, en plan actor principal, el piramidal dando la guerra de siempre a lo largo y ancho de su recorrido. Así el coco se me quedó sin jugo.
Ahora trato de volver sin objetivos. ¿600km de entreno para una San Silvestre de 7 km y para retirarme en una media después de 6,5km?
Es mucho intercambio en el juego.
Trato de volver, como digo, sin dejarme los cuartos en los fisioterapeutas, en medicación para el dolor y en reposo absoluto.
Los objetivos luego vendrán solos. Que ya tocan.

Dejo este sprint de Bevan Docherty (muy visto en Internet) para animar a los runners que como yo tratamos de volver y porque es una cosa fuera de lo común. Impresionante decían.

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