Fable II - Un juego de Xbox

Hace unos meses sufrí en mis carnes un ataque ninja, así como lo oís, de los que hacían aquellos tipos todos de negro, encapuchados, con aquellas cholas cutres, que mataban tan guai con sus precisas estrellas. Ver algo así en directo fue sorprendente, rápido, genial, letal... sí, sobre todo, letal. Es difícil ver a alguien tan preciso moviéndose "a lo Matrix" y la cara que se te queda de tonto en la cámara lenta cuando recibes el impacto en los dientes.
Así, mi hija, como la violencia de quien parte una ristra de ladrillos, le dio un despiadado castañazo a la Xbox que hizo que el disco duro (que es bastante frágil en esta consola dicho sea de paso) se fuera a "freir chuchangas" en el ventorrillo de enfrente. Aquello supuso un ataque de ira desmedido (cara roja con venas hinchadas y chungas) que tuve que lanzar al cielo por no atacar a este ángel divino que encima lleva mi sangre (te quiero nena).
La gracia tan semejante supuso que mandara al carajo partidas, algunas de más de 40 horas, de juegos como "Grand Theft Auto IV", "Mass Effect","Turok", etc... (juegos que se fueron a las franquicias de intercambio por cuatro pesetas porque éste que está aquí no iba a empezar de nuevo aquellos suplicios bajo ningún concepto" y de cierto daño psicológico (y no precisamente por lo monetario).
Esta es la historia por la que tuve que empezar de cero.
Fable II es el juego que hizo girar de nuevo "la rueda fortuna" y que me enganchó a coger un mando después de meses de pastillas para conciliar el sueño tras semejante trastorno.
Y es que Fable II es una auténtica pasada en todo: los escenarios, historia, música, detalles que hacen que te despaches a gusto y te olvides del mundanal ruido y del curro. Y disfrutes mucho siendo o el mejor héroe o el más puñetero villano según te plazca.

Lo mejor: Sobre todo la ambientación y la música son una gozada; su jugabilidad.
Lo peor: Que tarden mucho en hacer otro.

¿He dicho qué es indispensable?
Pues lo es.