Palabras de silencio
Para mi mismo...
Mentiría si dijera que no te echado de menos cada una de las mil noches desde que me dio por encerrarte, echar el cerrojo y arrojar, junto con mi alma, las llaves a las profundas fauces del infierno.
Mentiría si dijera que, cada una de esas malas noches, el estómago estuvo intacto y no ardía como una mecha inacabable.
Mentiría si dijera que no te he oído martillear los dedos a todas horas sobre el cemento donde te escondo como el virtuoso músico que necesita teclas imaginarias.
Te he dado la espalda sin un porqué acertado, a la sombra de mi sangre, a lo que en parte soy a oscuras. Me equivoqué. Y no hay razón para decir lo siento.
Quiero que vuelvas y hagas lo que sabes. Y hazlo pronto.
Escribe King:
No apunto con la mano;
aquél que apunta con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Apunto con el ojo.
No disparo con la mano;
aquél que dispara con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Disparo con la mente.
No mato con mi pistola;
aquél que mata con la pistola ha olvidado el rostro de su padre.
Mato con el corazón.
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