lunes, octubre 15, 2012
















Palabras de silencio

Para mi mismo...

Mentiría si dijera que no te echado de menos cada una de las mil noches desde que me dio por encerrarte, echar el cerrojo y arrojar, junto con mi alma, las llaves a las profundas fauces del infierno.
Mentiría si dijera que, cada una de esas malas noches, el estómago estuvo intacto y no ardía como una mecha inacabable.
Mentiría si dijera que no te he oído martillear los dedos a todas horas sobre el cemento donde te escondo como el virtuoso músico que necesita teclas imaginarias.
Te he dado la espalda sin un porqué acertado, a la sombra de mi sangre, a lo que en parte soy a oscuras. Me equivoqué. Y no hay razón para decir lo siento.
Quiero que vuelvas y hagas lo que sabes. Y hazlo pronto.


Escribe King:
No apunto con la mano;
aquél que apunta con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Apunto con el ojo.

No disparo con la mano;
aquél que dispara con la mano ha olvidado el rostro de su padre.
Disparo con la mente.

No mato con mi pistola;
aquél que mata con la pistola ha olvidado el rostro de su padre.
Mato con el corazón.

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