Transformers (una película de Michael Bay)

Llegan las pelis de cotufas y coca-cola de verano (y de odiar a todo hijo de vecino que te revienta la película y que se olvida los 7 euros que te timaron x la entrada - ir al cine ahora necesita meditación y suerte), y de dejarse llevar y desconectar de toda la patraña diaria. Todos a una: cerebro en off.
Transformers es el clásico ejemplo donde los americanos se lo pasan pipa contándonos nada, salvo un uso excesivo de patriotismo, estupidez y de lo guapo que son (y tontos).
De Michael Bay no esperes nada, a él lo que le mola son los efectos aquí y allá. Y sus imágenes, algunas, son flipantes. De su historia, y más en ésta, nada, lo que te digo: entras, disfrutas y cuando sales no sabes ni de qué iba. Punto.
Lo mejor: La primera media hora fue bien (su última no); el dinero invertido en efectos (todo); ¿digo los dos guaperas actores principales? = pues vale ellos.
Lo peor: La historia, tú y yo, en un cuarto de hora y mejor; los cuatro idiotas de siempre: a los lados, delante y detrás como en los aviones; algunas imágenes no se las curraron tanto y me recordaron a los seriales japos de los sábados por la mañana estilo Power Rangers.
Valoración: Bien. Oye: ¿de qué iba?