lunes, agosto 18, 2008


The Dark Knight (una película de Christopher Nolan)
152 minutos. Año 2008.


Siento el retraso, mi corazón ha necesitado una semana de frío y aislamiento para bajar pulsaciones. Aún así hoy me siento acelerado por ese incesante aleteo murciélago a todas horas en mis oídos. Estas sorpresas no son de andar por casa, y superar mis expectativas a mi edad cuesta. Mucho.
Y, sí, estuve en el estreno como es de rigor. Si hubiera tenido el traje me lo enfundaba, que no te quepa duda.
(Me froto las manos - ¿Por dónde demonios empiezo?)
The Dark Knight es cine de otro planeta, de uno lejano donde reina la perfección, donde no hay cabida para miserias, prisas ni mediocres. The Dark Knight pertenece a un cine diferente, pero no me digas dónde debe cuadrar... es única en su especie. Por ahora... espero que sea un punto de inflexión.
Quizás costará ver algo semejante. Y va a costar mucho.
El peso de la película consta de dos pilares: un guión solido, maduro, pensado y perfecto y, por otra parte, de unos actores que brillan como diamantes puros y donde, quizás, Batman pasa hasta inadvertido.
152 minutos deliciosos para el recuerdo.
¿La trama? ¿Estás de guasa no?
No seré yo quién desvele la identidad del caballero oscuro.

Lo mejor: El sonido es una brutalidad; la sensación de libertad y amplitud; el guión es perfecto; el Joker es de Óscar pero ya (¿Para cuándo un pase en VO?); Nolan no hace sino engrandecer la saga.
Lo peor: Esto se queda vacío... creo que por una vez.

Es obligado verla dos veces mínimo en cine. Con una nos quedaríamos demasiado cortos.

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