domingo, abril 11, 2010

Carrera X - Decepción X + 1 - Entrega número 2

Aparco lejos, en la playa, quedan 11 minutos para el cierre de la entrega de dorsales y tampoco ya estoy para formar más la situación en cuanto al azar se refiere. Normalmente lo hago. Hoy lo desestimo. Raro.
Camino rápido, mochila a la espalda y sin noticias de las sensaciones que deben venir. El mar parece mirarme, transparente, con mucha probabilidad, más allá de lo frío. No vayas - dice.
La cola a punto del cierre me pone tenso. Aprovecho para saludar a antiguos colegas del instituto que salen en estas situaciones de debajo de las piedras. Por el lado negativo escucho a los superidiotas que desprecio en este tipo de pruebas. Otra vuelta más al estómago. Ésta va por ellos, por los despreciados.
Chip, dorsal 368 y dos imperdibles. España está en crisis.
A esas alturas sé que ando pillado de tiempo, tengo que volver al coche, dejar los bártulos, decidir la camisa en función del tiempo y poner el chip y el dorsal. Lo hago mientras el mar vuelve a no perder ocasión para mirarme. Esta vez es una súplica que tampoco atiendo a ver.
Vuelvo a trote a la salida a sabiendas de que ya es tarde. Pero necesito ese momento vital de todo corredor, como el del futbolista que sale al terreno de juego: la última meadilla.
Me tengo que desvestir, es lo malo de los maillots, pero ya me importa dos o tres bledos que me vean la picha, el culo o parte del torso. O lo hago rápido o el pistoletazo de salida es con los pantalones a mitad de camino. Otros 360º de tripas. Y cuando, por fin, consigo descifrar qué es lo que quieren decir, como siempre en estas situaciones, es demasiado tarde.
Tres minutos - dicen desde la organización. Gastroenteritis - me dicen desde mis adentros.

No hay comentarios: