
Apocalypto es una buena película de ese señor que se coge unas trancas que no veas el día menos pensado pero que luego es ferviente devoto los domingos y las fiestas de guardar. Una cosa no quita la otra bien es verdad.
La cuestión es que Gibson después de aquella embestida visual y heróica que fue Braveheart (su mejor película con diferencia), ha conseguido dos films valientes y polémicos tales como la Pasión de Cristo (que personalmente me encantó) y esta Apocalypto que también trataré con dulzura porque se lo merece.
Las dos tienen similitudes curiosas tales como rodarlas ambas en su lenguaje natal, cosa que le da fuerza a la película e incomoda un tanto al espectador (no es mi caso) y, por supuesto, la crítica poderosa de a quien va dirigida o se basa. Y aquí es donde le dan leña al mono, cosa que a Gibson le encanta, porque toda polémica va precedida de masas y el consiguiente dinero de las mismas.
Al caso, Apocalypto se deja ver con agrado, entretiene, no se diluye, mantiene un orden narrativo correcto, visualmente es hermosa, la música acompaña... O sea que lo tiene todo para que vayas a verla.
Lo mejor: El cine de Gibson en general y su forma de narrar; que se calienten los pueblos indígenas por mostrar a su pueblo tal y como era (tampoco la España pasada fue para dar regocijo y publicidad); el reparto que lo hace muy correcto (no me digas como se llaman por Dios).
Lo peor: El final al estilo "Depredador" y algunas tomas en cámara lenta que más que favorecer a mi gusto sobran, y me hicieron recordar al cine de John Woo que aquí no pega ni un pimiento.
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