miércoles, abril 04, 2007

Ladrones de sombras


De vez en cuando es preciso alejarse de uno mismo para ver su propia sombra. Es, a mi modo de ver, un ejercicio práctico y limpio. Y también inteligente. Y puro.
Pero, de pronto, sin motivo alguno me perdí en el camino sin fuerzas ni ganas, herido, hundido, siempre a medio gas...
Y lo cierto es que estuve así durante meses, meses donde no salía ni una caprichosa letra (éstas que ahora cuestan lo suyo cuando antes aleteaban en mis dedos), meses donde no era yo (y lejos de aceptarlo, apartaba el enunciado como los puntos y aparte), donde el corazón era negro como mi pensar, donde más que un lado oscuro era un universo... Eran meses sin mi sombra, sin saber qué demonios era.
Y a día de hoy, aunque aún no estoy en paz, más bien estoy en guerra, la savia es nueva y bruta y las fuerzas han salido a flote de un escondido bote. Así que las cosas pintan bonitas y tiernas porque vuelvo a proyectar en el suelo esbozos de lo que fui: cuchillo en boca, cinismo por doquier y las cartas abiertas en abanico, cargadas de todo y de nada, como por el mismísimo diablo... Así que, ladrones de sombras, ¿quién mueve ficha ahora?

2 comentarios:

Maladroit dijo...

amigo si esto es tuyo... es realmente bueno (de verdad)

gambitoking dijo...

Primero me das aliento para que aparezca y cuando lo hago dudas de mi presencia. No sé, no sé...
Algún día, cuando la relación tiempo-trabajo se vea alterada en la ecuación, espero ordenar mis letras y darles una mayor difusión.
Aunque puede que ese día no llegue nunca.