El rey de lo abstracto

Por primera vez en años he venido sin nada entre las manos. Quizás desesperado y sin el aire suficiente. Quizás desarbolado. mal vestido y medio loco.
Aún así me he presentado valiente, sin mucho que ofrecer en los bolsillos... o sin la necesaria voluntad de quitarme los miedos y tapujos como el cobarde que se arranca la piel a tirones. No todo sale a la primera embestida. Ni lo precisa.
Hoy es un día de zancadillas, de pequeños sismos, de triquiñuelas azarosas que duelen como espinas, de reveses al gaznate, de maldita mi suerte de mil demonios. Hoy es un día que mañana pasa. Y se acabó.
Y un día tal, ácido para la tripa y desquiciante para el Yin y el Yang, si te da por esas, sólo me sirve para dar gracias por tres benditas cosas:
a) Brindar por los ajenos a lo absurdo, a esos pequeños revoltosos que no saben de que está hecho este verdadero y odioso circo. Bravo por la inocencia: Que si es posible se pierda lo más lejos que se pueda en el camino.
b) Para poner este video, que ha hecho alguien con tiempo y delicadeza, sirviéndose de la música de Counting Crows con este temazo: Colorblind (Daltónico) - porque los días como hoy no tienen color. Ni vida si cabe.
c) Para decirle a viva voz: A ti me debo... porque días como hoy serían infinitamente más oscuros y lastimosos. Sin duda.