domingo, mayo 13, 2007


Michael Nyman (Concierto)

Quizás hoy ya pueda morir tranquilo. Quizás deba... porque ayer fue un día tremendamente especial, de esos que no abundan, de esos alejados de la bazofia mundana. Ayer puede oír y "sentir" a un genio en vida... y eso no pasa todos los días. Afortunada de mí y de otros tantos.
Supe de Nyman en 1993, en aquella banda sonora (archiconocida) de la película "El Piano", una obra imprescindible y viva que superó (entonces y siempre) con creces al propio film. Aquella maravilla desde entonces ha sido partícipe fiel en todas mis relatos (sin esa partitura chicos no hay letras) y compañero de muchas noches (muchas) de no pegar ojo con la visita del pegoste del muchacho insomnio. Él, como digo, ha impulsado mis dedos y mi inspiración hacia el acantilado.
Lo mejor: Nyman a oscuras contra la adversidad y dedicado, muy respetuoso al espectador; la fuerza de la obra de Nyman; la garra, sentimiento y desgaste de su perfecta banda.
Lo peor: La segunda parte de esta puesta en escena es un poco experimental y agota (pero yo cerré los ojos y seguí como a diez metros de las butacas... me llevó por donde quiso y me tuvo a su antojo); que pocas cosas, con la mano en el corazón, sean comparadas a esta.
Se fue la luz... y él sale solo y no se lo ocurre otra cosa que tocar a oscuras esta maravilla. De verdad, Alabado sea Dios.

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