miércoles, junio 27, 2007

El dentista

Pocos sitios gustan tan poco y tienen la fama tan merecida. No es ni bonito, ni te lo pasas pipa y, hablando de piños: sonreír no sonríes ni un carajo. Es a lo tonto a lo tonto, un lugar donde los miedos se hacen realidad.
No se me ocurre otra cosa, salvo que a Dios de vez en cuando le da por hacer jugarretas. Son pequeñas tretas celestiales donde se lo debe pasar bomba. Y es que da una risa...
De ahí que se haya inventado, hace la tira de años junto con las costillas, los famosos cordales o, vulgarmente, muelas del juicio cuyas características más importantes son que:
1) Salvo raras ocasiones, les da por salir cuando ya tienes pelillos y eres un machote, de ahí su nombre, porque ya se supone que, a esas edades, ya tienes sano juicio. ¡Menuda broma!
2) Este diente (x4) no sirve absolutamente para un carajo.
Una vez adelantados estos datos tan simpáticos y trascendentes, ir a la cueva del oso a que te quiten 1, 2, 3 ó 4, según te haya tocado la Bonoloto, es, como dije al principio, una carcajada de cuidado.
Para no extenderme en lo desagradable, que podría a base de bien y como amante del cine de Tarantino que soy (¿alguna vez has oído el dulce sonido de una sierra que proviene de tu boca?), centraré sólo unas risorias líneas en los días posteriores al evento. Helas aquí:
Prepárate a beber frío, a comer frío, a no decir ni mú, a sentir el dolor más delicioso que proviene desde los puntos hasta toda la carita de repollo que se te queda. Prepárate pues a recuperar la autoestima al verte en el espejo, a dormir (¿a dormir he dicho?), a desear todo aquello que ahora es pecado, a estar de un humor excelente. Juicio dicen... ¿sería por el día del juicio final?
Al menos yo, pese a todo, he sido afortunado. Contaré, real como la vida misma, la historia de un amigo que sufrió parálisis de la lengua (tocaron el nervio, oh, y eso sólo le pasa a 1/252000 pacientes) y ahora no distingue una cacarruta de perro de una ciruela. Bésame, bésame mucho.
Y es que quizás fue Dios, que ese día no puedo estar acertado en todo, y tuvo momentos en los que juicio, lo que se dice juicio, no tuvo.
P.D: Preparad el bolsillo porque la broma sale también unas carcajadas.

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