jueves, mayo 15, 2008


Ser un Laker

Ni en los mejores sueños de Pau la cosa salía tan redonda: Irse de un murga desafinada que da pena y andaba dándose paseos por todo USA a pasar a jugar en un ciudad como "Los Angeles" con todo el glamour que esto conlleva y bajo la mirada atenta de Jack Nicholson en plena banda lateral.
Ahora veo cómodo a Gasol. No tiene el papel principal: está entre agazapado y escondido, y disfruta viendo como Kobe se lanza hasta las zapatillas (esta que os pongo por cierto).
Eso sí, sigue igual de blandito bajo los aros, recibiendo castañas de tipos de dos metros justitos que le castigan, le dan candela y le quitan el rebote y el orgullo. Pau debe mejorar eso. Y el tirito de cinco metros. Y...
Ahora, mientras escribo esto, acaban de ganar el quinto partido de la serie contra Utah. ¿Merecido? Vete a saber. Los Lakers juegan a tirones, por momentos son fantásticos y por momentos catastróficos, y entre eso y que Utah parece no atinar en los momentos claves pues la serie va de ciudad en ciudad con el factor cancha a cuestas.
Pero disfrutamos, viendo a a Leron Willians, el base de Utah, que es un auténtico fuera de serie y como estos tipos de Jazz tan rudos talan brazos, reparten codos y otras lindezas.
Pero esto es la hora de playoffs donde si pierdes vas al sillón de tu casa a comer perritos y poner el canal de pago y donde el tipo que vale no se esconde ni se arruga y asume responsabilidades. Así que me pregunto: ¿Es la hora de Pau?

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