viernes, mayo 30, 2008


Into the wild (una película de Sean Penn)
140 minutos. Año 2007.

Aún hay esperanza. No debo dudar más. Aún hay estrellas en el cielo y gente, aunque escasa y rara, que tiene la determinación de hacer las cosas de otra manera. Creo que, ya sea dicho de paso, más elegante, más personal y más profunda.
Into the wild es una de esas obras maestras que pasan inadvertidas porque es tan inquietante y bella que nadie tiene tiene tiempo para pensar en ella. Porque es como el amor: o te llega o no te llega.
Sean Penn nos ofrece parte de su alma para enseñarnos cómo se resquebraja un hombre en la cruda naturaleza de Alaska en busca de sí mismo, lejos de la ciudad, de su familia y del dinero.

Lo mejor: Pensar inevitablemente en ella y en sus reflexiones; alguna fotografía es absolutamente maravillosa; la BSO también me dijo cosas.
Lo peor: ¿Por qué diablos no tengo yo este libro?; una perla, una de pocas, que me perdí en pantalla grande; un pelín, pelín larga.

Cercana al nueve. En mí hizo diana.

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