Dexter

El salto de calidad de las series televisivas ha sido tremendo de poquitos años hasta la fecha. Ahora vamos de listos y sabiondos pero tú también te pegaste "Cristal" con Luis Alfredo y Cristina, "Dinastia" y "Los ricos también lloran". Y quedará en tu curriculum como está grabado en el mío. Que lo sé yo.
De hecho, se gastan cantidades importantes en los episodios pilotos a sabiendas del share que pueden pillar como trozos de pastel, de toda la parafernalia de la televisión por cable... Vamos, del billete verde que circula en autopistas que pobre diablos como tú y como yo no vemos.
Dexter es lo más alejado exponencialmente a todo aquello que vimos en televisiones más grandes de fondo que de pulgadas en su pantalla. De hecho es un asesino en serie "educado" por su padre adoptivo para saciar su sed de sangre contra los de su naturaleza. Todo ello, bajo su disfraz de forense especialista en sangre en Miami. Así vive una vida de mentira sin sentir nada.

Lo mejor: Sin lugar a dudas su sutil "Intro"; Michael C. Hall como Morgan Dexter se sale del mapa, tiene algo de salvaje y se basta solito para tirar hacia adelante.
Lo peor: Todo el séquito de personajes que le acompañan en la serie son tan planos como folios de papel; la segunda temporada engancha menos que los cebos de pan.

Entretiene. Pero podría ser muchísimo mejor.