domingo, noviembre 13, 2005

El mundo

Crudo, sin nada que ver con el barril oscuro que marca los topes en las salas de los gritos, mientras unos se frotan las manos y llenan los bolsillos, y el resto de desgraciados subidos a la carreta ajustamos la calderilla, el cinturón y la congoja en un suma y sigue.

Crudísimo. Estamos en guerra. Unos con otros. Todos contra todos. Y no tiene nada que ver con tirar petardos que derraman las vidas de niños inocentes. Nos volvemos locos, chicos. Hoy no me he tomado la medicación. ¿Quién sabe por dónde coño salgo?

Kyoto no es un personaje que salga en un episodio de Dragon Ball, en Alaska también se cuecen cosas más importantes que las que soluciona un doctor, en New York, aparte de sexo por un tubo, se corta más bacalao del fresco y aquellos maravillosos años, tiene usted razón, fueron aquellos maravillosos años, bien en pasado, no se me equivoque.

Estamos jodidos. Salga el sol por donde salga. Madre, hágame usted ese platito que tanto me gusta, por favor, que mañana no sé si podré tomarlo.

Asesinatos de todos los colores, secuestros, violaciones, vejaciones, colgados, pirulas, ajustes, tráfico de lo que quieras o del montón de coches…

No, chicos, hoy no salgo, mejor me quedo en casa viendo el fútbol, o lo que carajo haya…. por si las moscas vaya.

1 comentario:

Maladroit dijo...

Sí señor... "la vida mala"... muy mala.

No nos preparan para este viaje lleno de hipocresía y dolor.

¿Y qué podemos hacer ante esta triste evidencia?
Sólo nos queda reir.