martes, febrero 07, 2006

Never

- Dificil seguirme - Eso dicen a mis espaldas.
¿Acaso lo es tanto? ¿Acaso no abro suficiente la puerta?
La daga a medio entrar, también brota la sangre. Palabra.
Hoy es un día como aquél en el que mis dedos tartamudean en la teclas. Y el precio es sentirme rematadamente solo a la orilla del lago. Aquí no puede venir nadie. Aquí sólo viene quien quiero que oiga la música (ella). Aquí la música suena diferente.
Estas palabras son dedicadas al loco de la pitera (o al loco de la calle como diría el último de la fila: "pierdo mis defensas en los recombros de la angustia - busco una mirada cada momento en todas partes") - son para tí pampita porque no somos tan diferentes (palurdo), somos iguales o parecidos (insensato), sólo que yo necesito soltar toda esta metralla por la boca porque sino enfermo... o muero. Y no te preocupes en demasía que tengo cartas para todos (para tu soberana desgracia).
Huir de lo que soy nunca. Antes prefiero entrar en frentes o causas perdidas y morir arrojando balas a diestro y siniestro, a la antigua usanza, como en una carnicería, a lo Rolando. Juas! Sería cojonudo.
Por los pequeños momentos de la vida que saben como el vino de buena calidad.
Saludos.
He vuelto.

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