sábado, marzo 04, 2006


Gambito x puntos

He vuelto para deciros algunas cosas...
* No me he olvidado de la promesa bajo la lluvia. Aún espero la continuación de "El jugador nuevo" Capítulo 2. Ha pasado el tiempo y, si cabe, aún son más las ganas. También es porque los relámpagos que azotan las calles iluminan mi lado oscuro y mis ganas de soltar tres o cuatro (o cinco) párrafos maltrechos cogen tino y por miedo hacen que me meta las manos en los bolsillos incómodo. A nadie le interesa en demasía... pero a mi si. Sino seguiré el viaje en solitario.
* Espero también con suma impaciencia un texto que envié a un viejo amigo para su formato. Lo espero porque está escrito con la verdad y con bastantes lágrimas. Y porque todo el mundo se come el huevo de Kinder para ver la jodida sorpresa. Y yo soy como un niño pequeño.
* Al grupo por la confianza y por creer cada uno en si mismo: (Texto cogido de un fragmento mío que no viene al caso llamado "el núcleo"):
El núcleo no debe tocarse. Debe permanecer intacto. Si te acercas ladro. Si lo tocas allá tú, pero te aviso, mínimo te parto el brazo.

Y no es broma. 60 o 70 personas a mi me la traen al pairo, pero los del patíbulo no... por ahí no paso, no paso ni un ápice.
No es fácil sobrevivir en una jungla llena de monos, donde los micos se pasan todo el santo día hablando, rascándose o tocándose las pelotas. Pero el problema no son los monos, son las serpientes con veneno. Ahí debemos estar listos. Si pican hay que chupar y escupir lo antes posible, porque encima luego puede ser contagioso. Y no quiero morir. Soy demasiado joven.
La confianza, estrechar el círculo, hacerlo fuerte con nuestras manos, hablar para sanar las heridas (putos micos). Si no cubres el flanco que te toca o entre agua a raudales o nos vuelan las pelotas con un francotirador. Así de claro.
Pero debemos saber qué esperar uno del otro llegado el caso. Yo por mi parte prefiero cortar gaznates, por la espalda o por delante, me da lo mismo, mi brazo ni va a temblar ni va a perder la fuerza. El tajo va a ser profundo y limpio. Si quiero que salga la sangre sólo he de empeñar algo más de ímpetu.
La clave es proteger el núcleo como bien digo, pensar en la comunidad más que en uno mismo. Pensar. Digerir la bola de pan como podamos. No entrar al trapo como descocidos ni fomentar el desorden.
Y al final si cumplimos las premisas, estoy seguro, que acabaremos con todos ellos.
* He vuelto para decirle que la quiero por calmar mis miedos, por llenar el vacío que hay entre mi alma y mi cuerpo, por darme calor en noches como esta... por darme la pícara vida.

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