domingo, marzo 26, 2006


Lágrimas contadas

Casi sin darnos cuenta hemos dado los pasos más importantes. Unos 50 pasos entre tú y yo, como 50 son los post ya a estas alturas del camino.
En este tiempo he sido egoísta, ácido, oscuro, absurdo y pesimista. Resumiendo he sacado a la luz ese abanico de cualidades innatas en mi persona, que me persiguen como no a sol y a sombra. He puesto mi foto y no la has visto, porque no te fijas en los detalles.
Muchos se han divertido a mi costa (me consta), otros lo han vivido de otra manera, sobre todo, yo mismo, dedicado, ciertamente, más a toques intimistas y al uso perdido de la carta. Pero estoy aprendiendo de todo ello. Y en ocasiones los comentarios positivos son un viento a favor de incuestionable valor. El resto se pierde sin más.
He fluctuado, soy consciente, como lo han hecho mis emociones a lo largo del viaje, y ahora estoy en la controversia y lucha de las lágrimas contadas. Lágrimas contadas según proceda: Una si veo una peli triste donde un machango con un dedo encendido dice tocándote el corazón "estaré aquí mismo", dos si las víboras intentar dañarnos entre la maleza, tres si la discusión que nos separa cierra nuestras bocas durante horas...
El reproche de las lágrimas no tiene perdón. La verdad es que el egoísmo, que me puede, es tal que no quiero sufrir a través de tí (lo canalizas y llega a mi donde no hay defensa posible), no quiero pelearme contra el mundo por venir en contra nuestra, no quiero ahorgarme en la pena que tarde o temprano nos despertará por cualquier devenir inesperado (también como no, nosotros somos vulnerables)...
El mundo a través de una lágrima se ve diferente. Lo sé. Pero esa visión yo me la reservo a escondidas, sin luz y donde nadie me vea.

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