lunes, marzo 06, 2006


Oscars

Creo que es la primera vez que me pierdo tantas películas antes de la ceremonia (será porque el lejano oeste me quitó las ganas de cuajo).
Pero al final se ve que la Academia, de vez en cuando, no se equivoca (ni todos sus mentecatos).
Ang Lee todavía está entre bambalinas, con su jodida pretensión, diciéndose cómo y por qué, mientras su cabeza hace Crash contra las paredes. ¡Bravo! Soy feliz.
Tres importantes. Tres. Mejor guión, mejor montaje y mejor película. Si uno ve la cinta lo entiende todo a la perfección. Piezas en el puzzle. Una historia sumamente bien contada.
Munich fue la gran tapada y la gran perjudicada. Esta excelente película pagó los platos rotos de no meterse en ninguno de los charcos. Pena, penita, pena.
La ceremonia, hasta que me dio un sueño profundo, fue bastante correcta. El glamour según dicen se quedó en otra órbita, cosa que ni me va ni me viene. El presentador, eso sí, me gustó. Me va ese humor ácido.
Pero como digo a modo de resumen, y como todos los años, me pudo el sueño.

No hay comentarios: