miércoles, marzo 29, 2006

Hostel

Conocía el afán de Tarantino por la sangre. Pero creía que era una sangre, llegado el caso, estética. Me equivoqué. Producir Hostel es un punto cercano a la locura - eso sí, un reclamo para la taquilla y sus fieles seguidores - porque la película, que no se acerca a lo que yo considero terror, no se lo merece por más que le doy vueltas.
Pero lo peor de este film, lo verdaderamente horripilante, es que la realidad siempre supera la ficción.
Un consejo: No la veas después de comer, tiene escenas de las que echas la papilla seguro.
Bueno, mejor, no la veas nunca (¿acaso con el cartel no tienes suficiente?).

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